Desde pequeña me encantó la idea de poder ayudar a los demás. Tanto era así, que cuando estaba con mi abuela Lola a primera hora de la mañana en la playa, también estaba al tanto del resto de personas mayores para poder salvarles en el caso de que ocurriera algo.
Conforme fui creciendo, fui siendo consciente de la gran variabilidad de personas que hay en el mundo. Lo que me motivó a indagar sobre el funcionamiento de nuestro cerebro y organismo especializándome en un enfoque integrador, para así poder contar con un abanico de recursos dependiendo del tipo de problemática y persona.